Primer día del 5º taller de música coral africana en Cabanillas.
Hay ganas de cantar, de bailar, de impregnarnos de ritmos africanos y sobre todo de hacerlo en comunidad y disfrutarlo.
Muchos compañeros y compañeras del coro “Con Fusa” pero también hay caras nuevas que vienen de Madrid, de Pioz, de Guadalajara, de Azuqueca…
Yo no conocía a Niurka, aunque había oído hablar mucho de ella. Imposible imitar su ritmo, su cadencia, su espectacular presencia, sus movimientos, pero no nos venimos abajo y ahí estamos, dando golpes al suelo con palos, simulando la molienda del maíz, nuevos pasos para Amavolovolo…
Nos traduce algunas de las letras escritas en swahili, zulú o mandingo.
Hacemos nuestro el dolor, las desigualdades, la represión, las injusticias, la pobreza y también la esperanza que el continente africano (y no solo ellos) lleva siglos gritando con su música y sus ritmos.
Han sido horas intensas, mañana y tarde y hemos terminado agotados.
Mañana volveremos a darlo todo y seguramente que mejor. Pero a pesar de que hoy nos tocará dormir una hora menos, lo haremos con la sensación de que África nos ha disparado al corazón y ha atravesado nuestro cuerpo.